El Presidente Piñera ha anunciado la intención de realizar una reforma que permita el voto de los chilenos en el extranjero. En los últimos años esta idea ha ido ganando adeptos en el mundo político. Pero ¿cuáles son sus verdaderos alcances? ¿Se han ponderado todas las dimensiones de este tema?
La Historia y el Ahora
Se atribuye a los griegos la fundación de la democracia. Los ciudadanos atenienses votaban para elegir sus autoridades. Los romanos adoptaron el sistema y le dieron nombre de "Republica". Esta palabra viene precisamente del latín: res = cosa y publica = del pueblo. Entonces el gobierno se trata de administrar las cosas públicas, en contraste con las cosas privadas. Aquellas requieren de la voluntad popular en virtud de afectar a todo el pueblo. Es éste sobre quien recaeran los efectos de las políticas públicas y el que debe votar para decidir su forma de administración.
Las cosas públicas, en una sociedad moderna, alcanzan a temas tales como la provisión de servicios de seguridad pública y policía, defensa de enemigos externos, educación, salud, y de estabilidad económica para el buen desenvolvimiento y prosperidad social. Del mismo modo, estas actividades deben desarrollarse a través del pago de impuestos, los que también serán determinados como una política pública.
Todas estas actividades afectan en forma directa e inmediata a los habitantes que residen en el país. Ellos son los que recibirán los servicios que presta el Estado, y son los que financiarán, a través del pago de impuestos, estas prestaciones. En nuestro país se reconoce esta realidad desde hace muchos años, al concederse a los extranjeros residentes el derecho a voto. La concesión de este derecho permite no sólo integrar al inmigrante a la sociedad chilena, sino que principalmente, hacerlo partícipe de las decisiones que le afectarán.
¿Y los chilenos en el extranjero? Estos chilenos no pagan impuestos en Chile, no reciben educación ni salud pública, no les afectan las decisiones relativas a seguridad, economía, ni políticas sectoriales. ¿Por qué habrían de votar por algo que no les empece ni incumbe? Por que alguien a quien no le interesa, en en términos objetivos, habría de decidir lo que nos afectará a los residentes en Chile?
La Identidad Nacional
Muchos dicen que dar derecho a voto permite reforzar los lazos de identidad de los chilenos en el extranjero con el país. Depositar en una urna un papel cada 2 o 4 años no creo que sea suficiente para ello. Los que hemos vivido en el extranjero, especialmente aquellos que lo hicimos antes de la explosión de internet, sabemos que la distancia es dura. Hoy, las posibilidades que da este medio permite acceder a información de lo que sucede en casi cualquier parte del mundo. Sin embargo, esta información que recibimos por los medios globales de comunicación es parcial, y muchas veces, sesgada. Es muy distinto leer la noticia que vivirla y ser afectada por ella.
Los países europeos promueven los principios de ius sanguinus. Este principio permite acceder a la nacionalidad del país incluso a los hijos y nietos de los nacionales. Todos conocemos a personas que tienen la doble nacionalidad italiana o alemana. Ellos pueden votar en la elecciones de un país que nunca han visitado y cuyo idioma ni siquiera manejan. Ciertamente esto no es lo que se propone hoy, pero es un extremo al que se puede llegar por forzar una realidad inexistente.
Las Mejoras
La ausencia temporal del país no debiera inhabilitar el voto, sin embargo esto no debe confundirse con el de aquellos que han tomado la decisión legítima de abandonar el país y residir en otro. Ellos se sustraen voluntariamente del ámbito de acción de las políticas públicas. En este sentido, cabe diferenciar las ausencias temporales de las permanentes. Quien se traslada temporalmente, manteniendo un domicilio en Chile, debe pagar impuestos en Chile, según indica la Ley de Impuesto a la Renta, tanto por sus ingresos de fuente Chilena como extranjera. Consideramos que precisamente este debiera ser el criterio habilitante para acceder al voto.
El pago de impuestos en Chile en calidad de domiciliado o residente, como criterio habilitante para el voto, tiene las siguientes ventajas:
- Es un criterio objetivo
- Permite dar voto a quienes efectivamente tienen un vínculo real con el país.
- Se asocia efectivamente los derechos con las obligaciones que implica la ciudadanía.
Esto no implica necesariamente dar voto a quienes pueden pagar. Puede perfectamente darse el caso que una persona se sujete al imperio de la Ley de Impuesto a la Renta en calidad de domiciliado en Chile, y termine no pagando nada en función de su nivel de ingreso u otras franquicias que proveen los tratados de doble tributación internacional. Sin embargo lo relevante es que la persona esté dispuesta a ser tratada de igual forma que una persona domiciliada en Chile, y de sujetarse al imperio de la ley en Chile en tal calidad.
Conclusiones
Consideramos que la simple nacionalidad no es el criterio exclusivo para otorgar el derecho a voto a los chilenos en el extranjero. Este voto debiera quedar sujeto al hecho de que dichos ciudadanos queden expuestos a los efectos de las políticas públicas, lo que quedará demostrado por el hecho de que queden sujetos al tratamiento dado a los domiciliados o residentes en Chile para los efectos de la Ley de Impuesto a la Renta.
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