La decisión Franco-germana está basada tanto en elementos políticos como económicos. La posible moratoria griega compromete activos de empresas del norte en Grecia, lo que aumenta el riesgo de colapso del sistema financiero Europeo. Desde el punto de vista político implica sostener el proyecto de una Europa unida que mira de igual a igual a Estado Unidos y puede defenderse de los retos de Oriente.
El impacto de esta decisión ha sido significativo. Implicará una importante devaluación Euro frente a otras monedas. En resumen, esto significa que no sólo los griegos, sino que toda Europa será mas pobre. Esto incrementará la competitividad de los países de la Eurozona. Sus exportaciones se abaratarán y se encarecerá para sus habitantes lo que compran del resto del mundo.
Este cambio se da en un contexto de fuerte crecimiento de la demanda interna en Estados Unidos, lo que contribuye a fortalecer el dolar. Este efecto hará menos competitiva la economía norteamericana frente al resto de mundo, transformándola en la locomotora que moverá el mundo en los próximos años.
Los efectos en Chile serán mixtos. La demanda interna crecerá fuertemente por el efecto de la reconstrucción, presionando a la baja el tipo de cambio. El Banco Central y el Gobierno tratarán de neutralizar una caída dramática pero, con suerte, lograrán apenas una contención. La demanda de EEUU, en forma directa y a través de la demanda de materias primas de Oriente, darán vitalidad a los grandes exportadores de materias primas, sin embargo dificultarán el desarrollo de exportaciones de manufacturas y de las empresas de sustitución de importaciones.
Las tasas de interés globalmente subirán. Tanto la recuperación norteamericana como los paquetes de rescate de Grecia, y eventualmente de Portugal y España, pondrán presión en las tasas. En Chile algo similar ocurrirá por el mayor endeudamiento del estado para paliar los efectos del terremoto.
Es poco probable una recaída global de la crisis financiera, en tanto el dinamismo de Norteamérica y Asia dificilmente será contagiado por la crisis europea. La mayor competitividad de sus exportaciones puede amenazar algunas áreas de desarrollo en Estados Unidos, no así en latinoamérica, donde las exportaciones de materias primas debieran continuar con una fuerte demanda de oriente y EEUU.
El panorama se ve nublado, pero dificilmente el temporal llegará a estas tierras.
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