El Producto Fútbol

El fútbol profesional se ha transformado en una industria global. Al analizar su desempeño siempre es importante considerar los aspectos económicos y deportivos. A diferencia de otras actividades económicas, dado el carácter no-comercial de sus principales actores, el fomento deportivo pasa a tener una connotación principal, transformando el desempeño económico en un medio necesario para obtener la promoción de la actividad física. Tanto la FIFA, como la ANFP y los clubes afiliados, a lo menos en Chile, son todas corporaciones sin fines de lucro. Las sociedades anónimas deportivas, de reciente creación, son normalmente administradoras temporales de la actividad de los clubes, sin mantener la titularidad de los derechos federativos a título propio.

Sin perjuicio del hecho de que las Corporaciones involucradas: ANFP y Clubes, sean instituciones sin fines de lucro, su obligación es la de maximizar sus recursos disponibles a fin de procurar la obtención de sus objetivos, y esto incluye, disponer de los recursos financieros necesarios para el desarrollo de la actividad deportiva.

Desde los años '70 el fútbol chileno ha vivido un número incontable de crisis económicas producto del mal manejo de las finanzas de los clubes por parte de dirigentes que aun eran amateur. Estas dificultades conllevaron la insolvencia, y finalmente la quiebra, de diversas instituciones. El modelo de las Sociedades Anónimas Deportivas está dirigido a profesionalizar la gestión de la actividad, y ha sido exitosa en tanto ha permitido que instituciones importantes se potencien y trabajen con estándares superiores a los existentes. Sin embargo, hay que seguir distinguiendo entre los Clubes y la ANFP, en tanto Corporaciones sin Fines de Lucro, y las Sociedades Anónimas que las administran. Sus roles y fines son diversos y complementarios.

Paralelamente, el crecimiento de la actividad comercial en torno al fútbol, de por si significativo, ha ido a la par del desarrollo y visibilidad de otras actividades deportivas, tanto nacionales como extranjeras, que han incrementado su cobertura por parte de los medios.

Con la elección de Harold Mayne-Nichols en la presidencia de la ANFP se produjo un cambio generacional, no sólo desde el punto de vista de la edad, sino que también desde estilos de gestión amateur a otro profesional. Su elección ha marcado un cambio en los acentos de dicha asociación, primando ahora criterios de gestión, sobre la base del análisis de los distintos "productos" que ofrece dicha institución, tales como el campeonato nacional, selección nacional, etc. El objetivo siempre es maximizar los ingresos de la ANFP para cada uno de los productos que ofrece.

Esta lógica probablemente ha permitido mejorar la gestión de la institución desde el punto de vista económico. Sin embargo, tal como decíamos mas arriba, los logros económicos no son el objetivo de la Corporación, sino que el fomento de la actividad futbolística.

En una entrevista reciente Mayne-Nichols señaló que “Si alguien quiere una exclusiva en audios e imágenes con los jugadores, previa a la conferencia de prensa que se da al resto de los medios, eso tiene un valor diferencial. No es lo mismo la exclusiva que una conferencia de prensa con los medios masivos”. El dirigente con ello pretende que el "producto selección" genere un ingreso derivado de la utilización de imágenes de jugadores. Esto es legítimo desde un punto de vista legal, si existe un acuerdo entre los jugadores y la ANFP para que esta comercialice la imagen de aquellos. Esta acción va en linea con otras medidas que van en el mismo sentido, como la exclusividad para la transmisión de partidos de CDF, que además difiere en un día la posibilidad de que los canales de televisión puedan emitir imágenes de los partidos. Todo es legal y legítimo desde el punto de vista de alguien que explota sus activos consistentes en su imagen pública.

Sin embargo cabe cuestionarse la estrategia seguida por la ANFP desde dos puntos de vista:

Desde la perspectiva de la obtención de sus objetivos: La privatización de sus derechos de imagen restringen el acceso del público masivo a sus espectáculos, quita atractivo al deporte y, en definitiva, deja pasar oportunidades para la mayor difusión del fútbol nacional, que es el fin último de la ANFP. ¿Cuánto debe sacrificarse en aras de la prosecución de beneficios económicos? Es difícil dar una respuesta exacta. Una Corporación debe buscar su equilibrio económico, invirtiendo la mayor parte de sus recursos en sus actividades propias. ¿Lo hace la ANFP? ¿Cuánto espacio ha perdido el fútbol nacional en la televisión a costa del fútbol extranjero y de otras actividades deportivas? La comparación con ligas europeas, en si misma, quita atractivo a la liga nacional. Puedo ver un partido de la Premier League Inglesa, de la Liga Española o Italiana en el canal básico del cable, o incluso en televisión abierta, pero para ver a Cobresal con Huachipato debo tener la señal premium de CDF. Hoy muchos jóvenes prefieren ver partidos de la NBA y abrazan el basquetbol u otros deportes con mas interés que el fútbol. Bien por la diversidad, mal por los objetivos de la ANFP.

Desde la perspectiva económica, lo anterior se traduce en menores recursos en el mediano plazo para la actividad, derivados de la menor exposición comparativa con otras. Los estáticos en los estadios y la publicidad en camisetas se desvaloriza, por la menor presencia en los medios. Los jugadores nacionales son comparativamente menos conocidos, por lo que la venta de su imagen se va desvalorizando. Se está ordeñando intensamente la vaca hoy, tanto que quizá en un plazo no muy lejano, se seque.

En este escenario, la aparición de las S.A.D. tiene un lado gris. Ellas tienen un contrato de administración de los activos de los clubes por un plazo determinado, al cabo del cual estos retomarían su actividad, o estarían en condiciones de volver a licitar sus derechos. Esto implica que las S.A.D. deben rentabilizar su inversión en un plazo comparativamente mas corto, lo que pondrá presión a la ANFP para que sus negocios generen retornos rápido para sus asociados. La discusión que enfrenta a los Clubes respecto al reparto de excedentes del canal del fútbol, que tiene de por si elementos conflictivos por el uso de la imágen de los clubes, queda exacerbada por el requerimiento de las S.A.D. de tener un retorno rápido para sus accionistas, con una visión limitada del desarrollo de la actividad en el largo plazo.

El nuevo estilo de gestión imperante en la ANFP y las S.A.D. ha permitido profesionalizar y ordenar en gran medida la actividad, pero cuidado con los incentivos de para su desarrollo a largo plazo.