sábado, 28 de mayo de 2011

LOS FRAUDES DE HIDROAYSEN



Se ha instalado en la opinión pública la idea de que el proyecto que pretende instalar turbinas generadoras de electricidad movidas por el flujo de las torrentosas aguas de los ríos ayseninos sería perjudicial para los ecosistemas y para el desarrollo de la zona y el país, respondiendo solamente a la avaricia de los complejos industriales y mineros de mas al norte.
El despliegue mediático de los opositores al proyecto se ve contrarrestado por un creciente esfuerzo propagandístico de la compañía que lo promueve. Este esfuerzo ha resaltado la disparidad entre quienes se esfuerzan en detener la aprobación de los embalses, preocupados del bien común, en contra de compañía que lo promueve, preocupada de sus intereses particulares.
Tal como nos lo recordara Juan Pablo II en la encíclica Centésimo Año, toda decisión de inversión tiene un componente ético. El que éste sea cuestionado por parte de la comunidad es perfectamente legítimo y que sus detractores se expresen es parte del juego democrático. Sin embargo, puede haber opiniones diversas a esta, basadas no en el interés particular de la empresa inversora, sinó que precisamente en los factores éticos que podrían aconsejar aprobarlo. Los que así pensamos sentimos la obligación de expresarnos, no por defender a una empresa en particular, con la cual carecemos de cualquier tipo de relación comercial, mas allá del vínculo indirecto que implica pagar la cuenta de la luz, sino por cuanto consideramos que el proyecto es beneficioso para el bien común, y su implementación traerá beneficios innegables en materia de superación de la pobreza e incremento del empleo, contención de la emisión de gases de efecto invernadero y desarrollo de sectores aislados del país.
Los principales argumentos de los ecologistas para rechazar el proyecto tienen componentes conservacionistas y económicos. Los resumimos como sigue:
1.    La preservación de ecosistemas únicos amenazando especies endémicas.
Patagonia sin represas plantea que el desarrollo del proyecto amenaza especies nativas, como nuestro heráldico huemul, y puede contribuir a destruir la parte de la Patagonia que tiene una mayor bio-diversidad
Sin embargo, la envergadura del proyecto no justifica en ningún caso el argumento. La superficie a inundar, según Hidroaysen, sería de 5.910 hectareas. Algunas comparaciones al respecto pueden ser interesantes para dimensionar qué significa este tamaño:
  • El Parque Pumalín, creado por Duglas Tompkins, uno de los promotores de Patagonia sin Represas, tiene un tamaño de 300.000 hectaeas, 50 veces mas que el área inundable de las represas.
  • El Parque Tantauco, creado por el Presidente Sebastián Piñera y ubicado en Chiloe, tiene una superficie de 118.000 hectares, casi 20 veces mayor que el área inundable.
  • Existen espejos de agua en las inmediaciones del embalse de tamaño significativamente mayor:  El lago General Carrera y el lago Cochrane tienen superficies de 185.000 y 32.000 hectáreas respectivamente.
La empresa ha dicho que el tamaño de la represa representa una mínima fracción de la región de Aysen. Sin embargo, al comparar su real dimensión con otros hitos geográficos próximos y relevantes puede dimensionar su insignificante impacto real en la biodiversidad, como en el cambio de temperatura de la zona que pudiera afectar los glaciares.

2.    Incremento del centralismo al inyectar energía barata a Santiago.

Por la distancia de los centros de consumo, la energía de Hidroaysen deberá transmitirse por líneas de corriente continua, que permiten una mínima pérdida en el proceso de traslado. Esta tecnología tiene la limitante de que debe desarrollarse de punto a punto, sin permitir ingreso y salida de energía en puntos intermedios. En este sentido es cierto que reportará acceso a energía barata para Santiago.

Sin embargo, se olvida que el sistema interconectado central actúa como vasos comunicantes. El liberar energía en Santiago, se permitirá que las centrales del resto de Chile abastezcan centros de consumos mas cercanos, principalmente en la zona centro sur del país. Por otro lado, exigencias del sistema de impacto ambiental obligaran a entregar energía mas barata a la zona de Aysen, promoviendo su desarrollo.

Finalmente, la exigua cantidad de población humana en la zona hace que la acusación de centralismo resulte bastante absurda. En toda la comuna de Caleta Tortel habitan menos de 600 personas, mientras que en Cochrane la cifra alcanza menos de 9.000.- almas.

3.    Profundización del supuesto monopolio en la generación de energía.

Patagonia sin Represas argumenta que la concreción del proyecto incrementará la posición dominante en el mercado de generación eléctrica de las dos empresas que llevan adelante el proyecto.

Efectivamente, Endesa y Colbun conjuntamente detentan sobre un 60% de participación en la capacidad instalada del SIC. Las cifras a marzo de 2011 son las siguientes:

Empresas
Total MW
Particip.
Endesa
        5,122
40%
Colbún
        2,621
21%
AES Gener
        1,717
14%
E.E. Guacolda
           610
5%
Pacific Hydro
           440
3%
Otros
        2,205
17%
Total General
     12,715
100%


Sin embargo, la puesta en marcha de Hidroaysen no implica una fusión de las dos empresas, sino la reunión de ambas en un tercer proyecto. Aun así, existe actualmente al menos un actor de tamaño relevante en el mercado que podrían amagar esta posición –AES Gener-, aunque detenta un mayor expertise en el área térmica.

No existen mayores barreras de entrada al mercado, aparte de la capacidad financiera. La incorporación de empresas como Suez en su proyecto Barrancones, retirado a instancias del gobierno, y Castilla, del empresario brasilero Eike Batista, demuestran que la entrada al sistema de nuevos actores es una opción real. Hay que recordar que hace 25 años, al momento de privatizar el sistema, Endesa concentraba prácticamente toda la generación hídrica del país, junto a detentar la propiedad sobre las líneas de transmisión. Los hechos han demostrado que la competencia no se ha visto dañada, sino que, por el contrario, ha aumentado en este cuarto de siglo.

Diversos expertos señalan que en los próximos 10 años Chile deberá superar los 20.000 MW de capacidad instalada. Esto significa que, descontado el aporte de Hidroaysen, quedarán 3.000 a 4.000 MW de capacidad por incorporar al SIC, permitiendo el acceso de nuevos actores.

El hecho de que el sistema eléctrico sea una industria altamente regulada implica también una limitación a eventuales conductas de abuso monopólico por parte de sus actores. El tema monopolico, por lo demás, ha sido y debe resolverse en las instancias competentes como el TDLC, y tiene poco que ver con las aprobaciones ambientales.

Todos estos argumentos dejan claro que los argumentos contra Hidroaysen son, al menos, discutibles. Un conjunto de situaciones políticas demagógicas, en conjunto con el fundamentalismo ambiental de algunos actores han manipulado a una opinión pública que arrastra tensiones acumuladas de meses complejos derivados del cambio de gobierno, y las secuelas sicológicas del terremoto, entre otros eventos.
El gran engaño viene precisamente de algunos ecologistas, que tratan de dar soporte racional a una posición ideológica. Ellos piensan que el ser humano es una peste que destruirá el planeta. Plantean la necesidad de reducir la actividad humana en el planeta, disminuir la población y la actividad económica a fin de volver a un estado de cosas en que los seres humanos no afecten en absoluto el mundo natural.
Este neo-maltusianismo está plamado en la página Web de Patagonia Sin Represas. Allí, entre muchos seudo-argumentos, señalan explícitamente su intención final: La crisis global que sufre la humanidad y el planeta ha dejado en evidencia que el crecimiento económico ilimitado en un mundo finito es el camino a la autodestrucción.
Queda claro que el enemigo hoy no es verdaderamente Hidroaysen, sinó la sociedad industrial y la economía de consumo. Este es el verdadero fraude de los opositores de Hidroaysen. Por razones éticas, el capitalismo e Hidroaysen deben ser defendidos.

Nota: La presente crónica se refiere únicamente al proyecto de centrales de Hidroaysen. Mientras no se defina el trazado de las líneas de transmisión nos reservamos nuestra opinión en este punto.

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