viernes, 7 de octubre de 2011

Monólogos Educativos Paralelos

Debo reconocer que leer el acta de la segunda reunión del Ministro de Educación condiversos colectivos de estudiantes y profesores fue bastante difícil. Me hice el propósito de leerla de pe a pa, aunque debo reconocer que hice una lectura diagonal de algunos párrafos. No hice mas que leerla una vez para quedarme con la sensación ambiente, sin entrar en la letra chica, que en el caso de transcripción de reuniones verbales, siempre puede llevar a conclusiones equivocadas.

Este posteo no habla entonces de un análisis de ideas y argumentos, sino que de la sensación que me quedó de la lectura. He tratado de hacer de termómetro, mas que de diagnosticar la enfermedad en sus méritos clínicos. Los argumentos de ambas partes han sido repetidos constantemente, y la reunión poco nuevo aporta al respecto. En este sentido me parece que es mucho mas relevante el cómo se dice, que el qué se dice. Y hecho esto, puedo decir varias cosas que considero observaciones relevantes:

  1. Los distintos actores parecen hablar para sus propios públicos. Hacen referencia a sus posiciones ideológicas y programáticas. En este sentido no se establece un diálogo, sino mas bien un conjunto de monólogos paralelos. Cada uno expresa sus ideas a la vez, sin conceder nada a la contraparte, ni moverse de su eje. Los estudiantes y el Colegio de Profesores insisten en que la educación es un derecho universal, y como tal debe ser gratuita para todos, mientras que el Gobierno se centra en la focalización del gasto y principio de subsidiariedad. Los textos me recuerdan a Liberty Valance y las conversaciones con que nos divierte los sábados en la revista homónima de El Mercurio.
  2. Este cariz marcadamente ideológico hace que la discusión verse sobre la visión de la educación, mas que sobre las medidas propiamente tales. Resulta entonces un diálogo imposible. Son el rabino y el sacerdote hablando sobre la divinidad de Jesus. Nunca se pondrán de acuerdo en este punto, sin perjuicio de que una conversación sobre la naturaleza humana y otros valores puede ser muy iluminadora entre ellos. Si todas las partes asumieran que la posición del contrario es distinta, pero válida, la discusión se debería centrar en qué medidas pueden adoptarse que satisfagan la posición propia y, a la vez, no contradigan la del otro, y no en discutir acerca de la ideología misma. Esta es la única manera de transformar una serie de monólogos paralelos en un diálogo real y fructífero.
  3. Resulta muy difícil que el Gobierno se pueda entender, en una misma reunión, con estudiantes que provienen de vertientes tan diversas. Sin duda que se nota la diferencia sustancial en el discurso de Camila Vallegos y Giorgio Jackson comparado con los dirigentes de universidades regionales y, mas aun, de los secundarios. El discurso fundamentado contrasta fuertemente con la repetición de slogan y  la no-argumentación agresiva. Asimismo, los estudiantes tienen intereses distintos según sus realidades propias. Por ejemplo, los liceos técnico-profesionales manifestaron un desinterés por el tema de la gratuidad universitaria y centran su peticiones en la re-estatización de Institutos Profesionales como el Inacap, y en una PSU diferenciada. En este sentido, hace lógica diferenciar el diálogo entre los distintos actores involucrados. Esto no tiene por objeto dividir el movimiento, sino que ofrecer a cada uno lo que específicamente puede requerir.
  4. La necesidad de validarse frente a sus bases, y ser consistentes con sus propios discursos hacen que los mensajes unitarios se pierdan, o caigan muy entrelineas. El llamado insistente que hace Vallejos al gobierno al retirarse de la reunión es a recapacitar para poder avanzar. No cierra las puertas ni dice que no se pueden volver a reunir. Quiero leer en este llamado, mas que una interpelación al ministro,  un grito desesperado para que este pueda dar una señal que permita destrabar, algo que signifique llevar una prenda a la CONFECH. El Ministro Bulnes no dio ninguna luz que pudiera ser leída como debilidad. Quizá por convicción o quizá por estrategia no se movió de su posición. Vallejos y Jackson pronto tendrán que ceder sus asientos a nuevos dirigentes, quizá mas ultristas que ellos, por lo que no ve el beneficio en seguir negociando con ellos, cuando los verdaderos interlocutores están por venir.
El diálogo, en estos términos, resulta imposible. Sin generosidad por ambas partes no se ve solución posible. Esto es un ejemplo típico del dilema del prisionero. La generosidad y apertura de ambas partes puede generar el resultado óptimo para ambos, pero si cualesquiera de ellos toma esta actitud sin que el otro lo haga, significará para aquel una derrota de magnitud mayor. La desconfianza recíproca no ayuda en este sentido.

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