domingo, 15 de enero de 2012

El CAE y los Ricos

Juan es contador. Tiene 45 años y trabaja en una empresa de cobranzas, donde percibe un sueldo de $800.000.- mensuales. Está casado con María, profesora básica de 42 años, quien gana 600.000.- mensuales. Tienen tres hijos, Juanito, en segundo año de ingeniería en la Universidad Católica; Patricia, que acaba de salir de cuarto medio y espera poder ingresar a Psicología, y Luis, que pasó a tercero medio. Sus hijos estudiaron en el mismo colegio particular subvencionado en que María hace clases. Juan y María tienen casa propia en Maipú por la que pagan un dividendo de $250.000.- mensuales. Tienen su auto, un coreano pagado en 36 cuotas, un plasma adquirido por la misma vía en una multitienda y, sobre todo, tienen mucha angustia.


Con un ingreso familiar de $1.400.000.- ($280.000.- per cápita) se encuentran dentro del 20% mas rico de la población chilena. Pero ni ellos ni muchos otros lo saben. Ellos se identifican con la clase media y piensan que los "ricos" viven sólo de Plaza Italia p'arriba. Si saben que no fueron elegibles para que su hija Patricia pueda estudiar con el Crédito con Aval del Estado que goza su hermano mayor. Efectivamente, Juan y María incentivaron a sus hijos a estudiar en la educación superior, pensando en los beneficios que ella traería a sus hijos en el futuro. Estimaron que era caro, pero que igual valía la pena que sus hijos se endeudaran a tasas bancarias, con el antiguo CAE, para poder pagar sus estudios.


Sin embargo acaban de recibir la noticia de que su hija Patricia quedó fuera de la preselección para el CAE. Las notas y los promedios estaban sobre lo solicitado, sin embargo se enteraron que este año la selección excluyó a aquellos estudiantes pertenecientes al quinto quintil. Si ellos tuvieran que pagar simultáneamente tres colegiaturas universitarias de sus hijos, el valor sería cercano a la totalidad del sueldo familiar. Sencillamente imposible. Por su nivel de ingresos les será también sumamente difícil poder conseguir financiamiento bancario para las carreras de sus hijos. Sus sueños se hacen trizas.


Juan y María son personajes ficticios, pero su realidad no lo es. Hablar de ricos siempre es un concepto relativo. Sin embargo esta definición se torna dramática en un escenario donde los costos de los aranceles universitarios son de primer mundo, pero los ingresos de las familias son apenas los de una economía emergente.


Se dice que el gobierno espera un incremento significativo en la utilización del CAE este año, debido a la baja desde 5,6% a 2% de la tasa del crédito, por lo que debió dejar fuera a todo el quinto quintil. Se autorizó su utilización por parte de cerca de un 80% de los postulantes de primer año correspondientes al 1er. al 4º quintil, pero se excluyó a todos los del quinto. La solución se torna razonable en términos de focalización de gasto, pero generará un nivel inaceptable de frustración en los sectores emergentes, que debieran ser los que mas se identifican con el actual gobierno.


No se puede afirmar si esto es un problema de la tecnocracia, de letra chica o insensibilidad, pero se acaba de abrir un nuevo foco de conflicto que generará grados de insatisfacción que alejarán aun mas a la gente del gobierno. Aun es tiempo de corregir.

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