sábado, 7 de enero de 2012

GOBIERNO MILITAR, DICTADURA Y EDUCACIÓN

Denominar al Régimen imperante en Chile durante el período 1973-1988 como Gobierno Militar es una afirmación verdadera. Llamarlo Dictadura también. Otros nombres se le pueden dar: gobierno neoliberal, gobierno autoritario, autocracia, etc. Toda denominación intenta describir los aspectos principales del objeto que intenta definir. Quien utiliza una formula u otra lo hará en la perspectiva de aquello que represente los aspectos mas significativos del objeto que intenta describir, obviamente desde su propio prisma. La carga ideológica implícita en todo sustantivo resulta entonces ineludible, sin que ninguno de ellos represente necesariamente una falsedad. Es perfectamente legítimo que cada persona interprete desde su propia perspectiva un hecho, sin que ello implique la negación del hecho en si mismo.

Distinto es el caso de denominaciones que tienden a desvirtuar la esencia del significado. Cuando al mismo Gobierno de Pinochet se lo denominó de "salvación nacional" o cuando se señala a los gobiernos chino o cubano como democráticos, se tergiversa su naturaleza, implicando realidades que no existen, y no tan solo enfatizando un ángulo específico del mismo. Hay una diferencia entre el énfasis de una parte de un fenómeno y la intención positiva de vestir dicho evento de ropaje que jamás ha tenido.

Hecha esta diferenciación entre acepciones legítimas e ilegítimas, cabe preguntarse por el alcance de los hechos que generaron la polémica en torno al nombre dado al gobierno de Pinochet. Esta denominación fue modificada en un documento referido a las Bases Curriculares para el sector de historia para 6º básico. Las Bases Curriculares son definidas por el Ministerio de Educación con acuerdo del Consejo Nacional de Educación, un organismo autónomo regido por la Ley General de Educación del año 2009. Estas Bases Curriculares son los contenidos mínimos que deben contener los programas de estudio. No son los programas en si mismos, sobre los cuales las distintas comunidades educativas tienen amplia libertad de proponer los énfasis que estimen.

De esta forma es bastante irrelevante cómo se denomine al período 1973-1988 en las Bases Curriculares, en tanto cada texto de estudio, y cada Programa adoptado por cada comunidad educativa puede poner los énfasis que estime del caso. Esto es lo que se denomina Libertad de Educación.

Este hecho nos regresa al amplio debate surgido el año pasado en torno a la educación. El Movimiento Estudiantil y un sector importante del mundo político buscan desmantelar el sistema de financiamiento compartido, especialmente cuando se trata de sostenedores con fines de lucro. La existencia de la mas amplia variedad de oferta educativa permite a los padres encontrar aquellas instituciones que presenten modelos educativos mas acordes a su sistema de valores. Cualquier restricción que no vaya en el sentido de garantizar que las Bases Curriculares sean cubiertas por los planes y programas, y de que existan las condiciones físicas que garanticen que el proceso educativo sea eficaz, resulta ilegítima. La orientación ideológica, como el destino y uso de los recursos, son aspectos en los que el Estado no debiera tener competencias para involucrarse.

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