jueves, 11 de abril de 2013

Me gusta el Lucro

No tengo problemas en reconocerlo. El lucro es bueno. No solo me gusta el lucro porque es lo que me permite adquirir los bienes que preciso, o simplemente deseo para mi y mi familia, sino que también porque es el motor de las economías de mercado, que son las únicas que han generado prosperidad a largo plazo en la historia del mundo moderno.

No hay pecado en perseguir el lucro. Incluso la Doctrina Social de la Iglesia valora la justa retribución del trabajo y del capital. El lucro no es mas que esto, una retribución económica por la entrega de un bien o la prestación de un servicio.

¿Puede llegar a ser malo el lucro? Por supuesto que si. Cualquier pago por un servicio que no se presta o un bien que no se recibe es ilegítimo. En el extremo, el ladron lucra con su botín o, mas en el límite, el monopolista puede abusar de su posición, cobrando un precio superior al que corresponde por su prestación. Pero todos los males, al fin y al cabo, no son mas que la degeneración de un bien. Un desorden mas que una ausencia. En este sentido podemos asimilar el afan de lucro al amor, en la misma proporción en que la avaricia se asimila a la lujuria. El mal no es sinó un bien desordernado.

Se ha argumentado que los bienes públicos (o derechos universales) deben quedar alejados del afan de lucro. No hay ninguna razón que permita sostener esto. El primero de los derechos del ser humano es el derecho a la vida. Sin este ningún otro derecho se sostiene, siendo por lo demás el mas universal e irrenunciable de todos. ¿Debe seguir de esto que la bienes que nos sirven para alimentarnos, elemento escencial, junto con la respiración, para la vida, deben ser adquiridos a agentes que carezcan de afan de lucro? ¿Debemos acaso estatizar todas las panaderías, o pedir que ellas sean administradas por ordenes religiosas? El absurdo de la consigna del fin al lucro queda en evidencia. El Estado, junto con proveer alimentación y enseñanza, debería además construir a través de sus propias agencias o las de instituciones sin fines de lucro todas las viviendas que nos guarecen (¿el derecho a la vivienda es acaso menos importante que el derecho a la educación?). No me canso de gritar ABSURDO!!!!!

No existe ninguna razón de principio que justifique la expresión FIN AL LUCRO. Se ha argumentado que ello contribuye a la desigualdad y la segmentación de las sociedades. Y puede ser cierto. Sin embargo la igualdad no es un valor en si. Mas allá de la igualdad ante la ley, y la promoción de la igualdad de oportunidades por parte del Estado, la estandarización de los modelos educativos solo producirá mas pobreza, no solo material, sino que también intelectual y cultural.

Se pretende que los colegios, liceos o universidades que reciban financiamiento estatal sean administrados exclusivamente por el mismo Estado, o instituciones sin fines de lucro como fundaciones o corporaciones civiles o religiosas.Nadie ha percibido el peligro de esta situación. El dotar al Estado de tal nivel de control de la cultura y enseñanaza es propio de totalitarismos. Se matiza esta situación con la existencia de instituciones religiosas o privadas sin fines de lucro. Por supuesto que las instituciones religiosas tienen su propia agenda, y las corporaciones o fundaciones privadas restringen la posibilidad de enseñar a filántropos ricos. ¿Por que se quiere excluir a que un privado cualquiera pueda asumir un proyecto educacional si carece de los recursos para financiarla sin proyecciones de utilidades? ¿Cuántos proyectos educativos dejarán de desarrollarse por atar de manos a las personas? Este es el gran peligro. Toda sociedad crece en la medida que sus ciudadanos puedan desplegar su creatividad, inventar nuevos modelos, generar valor en el mas amplio sentido. Aquellos que creen que el Estado debe ser el rector de todo y desconfían de las personas atan de manos a una sociedad pujante. Y después dicen que hay que entregar el poder a la gente. Parece que "la gente" son solo los vociferantes o la vanguardia consciente que sabe lo que el proletariado quiere.

Al final del día toda la diatriba por el fin a lucro no quiere sinó esconder el principal problema del sistema, que es la calidad. Si el Estado proveyera una educación de calidad, ¿porque un padre querría pagar a un privado si lo puede obtener gratis? La obtención de la igualdad a través del fin del "lucro con recursos publicos" no es mas que un espejismo. El origen de la verdadera desigualdad esta en quienes estudian en colegios particulares pagados. Aparte de algunos liceos municipales o religiosos de elite, estos son los que se quedan con el gran pedazo de la torta. Nadie menciona la posibilidad de prohibirlos, gravarlos, o restringirlos de ningun modo, mas allá de seguirle subiendo los impuestos a sus padres.

Quierase o no, los colegios privados, junto con unos pocos escasos ejemplos de casos de escuelas y liceos públicos o subvencionados, son los que proveen las elites que el país requiere. Eliminense las elites y la pirámide entera caerá, tal como ocurrió en la Revolución Cultural del Mao. Aunque quizá esto sea el deseo, aun inconfesado, de algunos "progresistas".

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